Diariamente nos enfrentamos a diferentes situaciones y desafíos paralelos a nuestro estilo de vida, en el ajetreado mundo de hoy, somos arrastrados en muchas direcciones a la vez, pasamos los días intentando cumplir a cabalidad con nuestras obligaciones, en el hogar, en el trabajo, en la universidad o en cualquier ámbito al que le debamos un enfoque constante u obligatorio. Sumado a lo anterior, encontramos también ciertas metas y objetivos personales a los que apuntamos a futuro y que actúan en nosotros ya sea como motivantes o como presiones que muchas veces se transforman en frustración.
¿A veces todo lo que vivimos puede ser abrumador no? Sobre todo, teniendo en cuenta que estamos en una era de cambios constantes, a diario recibimos grandes cantidades de información que nos satura y muchas veces sentimos que el tiempo corre extremadamente rápido comparado con la cantidad de responsabilidades que debemos cumplir. Como consecuencia, un factor común que nos abraza a la mayoría de personas, es el hecho de centrarnos en cuidar más de lo que sucede a nuestro alrededor, que, en nuestro propio interior, logrando así, que la gran cantidad de emociones, pensamientos y preocupaciones comiencen a somatizarse en nuestro cuerpo a través del estrés, la depresión, la ansiedad, el miedo, dolores o enfermedades físicas.
Nuestro templo sagrado consta de 3 espacios principales que funcionan en sincronía como un todo, espacios que deben ser tratados con delicadeza, comprensión y amor para que funcionen con éxito: el espacio físico, el espacio emocional y el espacio espiritual, cada uno de ellos de igual importancia. Seamos conscientes de que la insatisfacción interior genera una energía capaz de producir bloqueos de cualquier magnitud.
No podemos olvidar que TODOS tenemos el derecho, la fuerza y las posibilidades de vivir una vida con autodeterminación y en paz. Te invitamos a echar un vistazo hacia adentro, a cuidar las necesidades básicas de tu ser, a actuar con consciencia y amor propio. A continuación, te damos algunos tips para poner tu mente en calma, reconectarte contigo mismo y encontrar espacios sanos que seguramente te ayudaran en tu día a día:
Limpia tu cuerpo, nuestra salud física es lo primero. Pequeños actos hacen la diferencia y mejoran nuestra calidad de vida, compra un termo o vaso que te motive a tomar agua, haz recetas que te llamen la atención con frutas o verduras, proponte a consumir menos azucares y grasas dañinas, seguramente notaras los cambios, te sentirás ligero a nivel físico y emocional.
Haz de tu ambiente, el más agradable posible. Hay muchos hábitos que en verdad valen la pena adoptarlos, tan sencillo como acostúmbranos a tender nuestra cama al levantarnos, limpiar nuestro armario y deshacernos de cosas que ya no utilizamos pero que otros podrían aprovechar, tomarse algunos minutos diarios para organizar cualquier tipo de desorden en el lugar que más convivimos o comprar una vela de la esencia que más nos guste para armonizar el ambiente donde permanecemos y generar esa sensación de paz y buena energía.
Se organizado con tu tiempo y aprende a gestionar tus emociones. Algo que muchas personas no saben, es que existe una herramienta fabulosa y a bajo precio para exteriorizar de la manera más transparente y clara todo lo que pasa por nuestra mente. Una libreta personal es un instrumento mediante el cual puedes canalizar tus emociones, escribir ayuda y libera, sumado a esto el hecho de que puedes hacer un plan de tus tareas pendientes, recordatorios, pasos a seguir o cualquier tipo de itinerario que necesites, ¡inténtalo!
Vive en el presente y agradece. La gran problemática de la humanidad es vivir día a día en automático o “modo avión”, desconectados de la realidad, por vivir en un pasado que ya no puede ser cambiado o en un futuro que ni siquiera ha llegado. Un gran error es distraernos demasiado con lo superficial, olvidando que las mejores cosas de la vida son las más simples, agradecer por lo que somos y tenemos, aprender con aceptación y amor de los errores y problemas, pasar tiempo de calidad con las personas que amamos, sean familia, amigos y sobre todo con nosotros mismos. Se vale decir que no hay que tomarnos la vida tan en serio, aprendamos a valorar y disfrutar de cada cosa.
No lo pienses más, haz eso que tanto necesitas. Tomar el sol, comer un helado, poner tu canción favorita, hacer el viaje que tanto anhelas, decir te amo-perdón-gracias a quien lo sientas necesario, descansar lo necesario, desconectarte de las redes, llorar, pedir ayuda cuando lo necesites, meditar, plantar un árbol. Cada acto de amor y autocompasión serán recompensados sin duda.
Recuerda que todos somos responsables de nuestra propia felicidad y tranquilidad, el activo más grande de tu vida eres TÚ.
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